“Ratatouille” es un platillo que captura la esencia del verano en la región de Provenza, Francia. Esta receta tradicional es un deleite visual y gustativo que celebra los ingredientes frescos y de temporada, como el calabacín, la berenjena, los pimientos y los tomates, combinados en una sinfonía de colores y sabores. Su preparación, aunque sencilla, requiere paciencia y amor, lo que resulta en un guiso que es tan nutritivo como reconfortante. Servido como acompañamiento o plato principal, el Ratatouille es un reflejo de la cocina rústica francesa, donde cada ingrediente brilla en su máxima expresión.
La versatilidad de este plato lo ha convertido en un favorito tanto de cocineros caseros como de chefs profesionales. El Ratatouille no solo es una obra maestra culinaria, sino también una opción perfecta para quienes buscan una dieta balanceada, rica en vegetales y sabores naturales. Este platillo es ideal para quienes desean disfrutar de una comida ligera pero llena de sustancia, perfecta para cualquier ocasión, desde una cena casual hasta un evento especial.
Historia del Ratatouille
El origen del Ratatouille se remonta a la región de Provenza, en el sur de Francia, donde las cocinas campesinas aprovechaban al máximo los ingredientes frescos de sus huertos. Su nombre proviene del verbo francés “touiller”, que significa remover o mezclar, lo que refleja la simplicidad y humildad de este guiso. Inicialmente, el Ratatouille era considerado un plato campesino, una manera económica de utilizar las verduras de temporada en un estofado delicioso. Con el tiempo, este plato ha trascendido sus orígenes humildes, ganando un lugar en los menús de restaurantes gourmet alrededor del mundo, especialmente después de ser popularizado por la película animada del mismo nombre.
Ingredientes
Para el sofrito:
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
1 pimiento amarillo
4 jitomates, sin piel y sin semillas, finamente picados
3 dientes de ajo, finamente picados
1 cebolla blanca, finamente picada
2 ramas de tomillo fresco
1 rama de perejil fresco
1 cucharadita de orégano seco
½ cucharadita de pimienta negra molida
2 hojas de laurel
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de sal
Para la ratatouille:
2 calabacitas medianas
2 berenjenas medianas
5 jitomates guaje firmes
Para la vinagreta:
4 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de vinagre balsámico
2 cucharaditas de tomillo
1 cucharadita de pimienta negra molida
Sal al gusto
Modo de preparación
- Parte por la mitad y retira las semillas de 1 pimiento rojo, 1 pimiento verde y 1 pimiento amarillo. Envuélvelos en papel aluminio, colócalos en una charola y llévalos al horno precalentado a 220 °C por 30 minutos.
- Retira del horno, déjalos enfriar, retira la piel y pícalos finamente. Otra opción es pelarlos como lo harías con un chile poblano: tatemándolos en la estufa y dejándolo sudar.
- En una sartén amplia, calienta 2 cucharadas de aceite de oliva y sofríe 1 cebolla blanca, finamente picada con 3 dientes de ajo, finamente picados, hasta que la primera esté transparente y el segundo haya soltado su aroma, cuidando que no se queme para que no amargue.
- Agrega 4 jitomates, sin piel y sin semillas, finamente picados, 2 ramas de tomillo fresco, 1 rama de perejil fresco, 2 hojas de laurel y 1 cucharadita de orégano seco; revuelve y cocina por 5 minutos a fuego medio.
- Retira las hierbas de olor, agrega los pimientos picados y sazona con 1 cucharadita de sal y ½ cucharadita de pimienta molida. Apaga el fuego y vierte el sofrito en un refractario para horno, de preferencia redondo.
- Corta 2 calabacitas medianas, 2 berenjenas medianas y 5 jitomates guaje firmes, en rodajas del mismo grosor, y acomódalas de forma alternada sobre el sofrito. Hazlo en espiral, de las paredes del refractario hacia el centro.
- En un plato hondo, mezcla 4 cucharadas de aceite de oliva, 2 cucharadas de vinagre balsámico, 2 cucharaditas de tomillo seco, 1 cucharadita de pimienta negra molida y una pizca de sal.
- Vierte la vinagreta sobre las verduras y cubre el refractario con papel aluminio. Lleva al horno precalentado a 150 °C durante una hora. Retira el papel aluminio y regresa al horno por 30 minutos más.
- Sirve tu ratatouille caliente, como una guarnición o plato fuerte. Acompañado de un poco de pan, es deliciosa.
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Beneficios Nutricionales
El Ratatouille no solo es un festín para los sentidos, sino también una fuente rica en nutrientes esenciales que contribuyen a una dieta saludable.
- Bajo en calorías, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes buscan mantener un peso saludable.
- Alto en fibra, promoviendo una buena digestión y ayudando a mantener la saciedad.
- Rico en antioxidantes, gracias a la variedad de vegetales como los tomates, pimientos y berenjenas, que ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo.
- Fuente de vitaminas A, C y K, que son cruciales para la salud ocular, la piel y la coagulación sanguínea.
- Contiene minerales esenciales como potasio, magnesio y manganeso, que apoyan la función cardiovascular y el equilibrio de electrolitos en el cuerpo.
Incorporar Ratatouille en la dieta es una manera deliciosa de asegurarse de consumir una amplia gama de nutrientes esenciales, todo en un solo plato. La variedad de vegetales también garantiza una abundancia de fitonutrientes, que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Conclusiones
El Ratatouille es más que un simple guiso de verduras; es una celebración de la cocina provenzal y una expresión de la filosofía de aprovechar al máximo lo que la naturaleza tiene para ofrecer. Cada ingrediente en este platillo se selecciona con cuidado y se cocina para realzar su sabor natural, creando una armonía que es tanto simple como sofisticada. Es un recordatorio de que, a veces, los platos más sencillos pueden ser los más satisfactorios, tanto para el cuerpo como para el alma.
En un mundo donde las dietas se complican cada vez más, el Ratatouille nos devuelve a lo esencial: ingredientes frescos, preparación cuidadosa y un enfoque en el bienestar. Este platillo es ideal para cualquier época del año, pero especialmente en verano, cuando los vegetales están en su punto óptimo de madurez. Al servir Ratatouille, no solo se sirve comida, sino también una parte de la rica tradición culinaria francesa, que valora la calidad sobre la cantidad y el sabor sobre la complejidad.
Además, el Ratatouille es un testimonio del poder de la comida para unir a las personas, ya sea que se sirva en una granja en Provenza o en una mesa urbana. Es un recordatorio de que, en su forma más pura, la cocina es una forma de arte accesible, que puede deleitar y nutrir al mismo tiempo. Así, el Ratatouille sigue siendo un platillo atemporal, apreciado por su sabor y por los beneficios que aporta a la salud, convirtiéndose en un favorito tanto de quienes aman la cocina como de quienes buscan llevar una vida saludable.
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